Las 150 palabras

Jose Antonio Herce

En esta sección, encontraréis breves análisis de noticias de actualidad relacionadas con la libertad económica, la competencia, las pensiones, la disrupción tecnológica y el futuro del trabajo y la despoblación. En algunos casos, estos textos precederán un desarrollo más sustantivo en el blog accesible mediante el oportuno enlace. En particular, cada semana se publicará uno de estos 150P vinculándolo a la correspondiente entrada del Blog «Una Buena Sociedad«, que mi hermano gemelo, Miguel Ángel Herce, y yo mantenemos en la Revista de Libros.

De tasas y tipos

En nuestra entrada de esta semana en Una Buena Sociedad, nos preguntamos si sesenta años de tasas de inflación y tipos de interés ofrecen una guía para entender cómo podría evolucionar la tasa futura de inflación en el corto y medio plazos.

Sabemos que entre el pasado y el futuro median las ocurrencias imprevistas del presente y que hoy los banqueros centrales en Europa y los Estados Unidos no tienen las cosas muy claras, precisamente porque el desajuste económico causado por la pandemia de la Covid-19 tiene pocos precedentes históricos.

Discutimos dos gráficos que abarcan esos sesenta años de tasas y tipos, que contienen una extraordinaria cantidad de información sobre lo que cabe esperar y lo que no en cuanto a lecciones y consejos del pasado. La relación entre tasa de inflación y tipos de interés esconde una dinámica social que en otro contexto podría denominarse lucha de clases. Una lectura más amplia aquí.

La preferencia fiscal (II)

El impuesto a los beneficios de las empresas es otro de los impuestos que tiene un tratamiento preferencial comparado con el impuesto a las rentas del trabajo, con tipos impositivos en aquel sustancialmente inferiores a los de este. En el caso de grandes empresas multinacionales, hay países (como Irlanda o Luxemburgo) o jurisdicciones (como Puerto Rico) que pujan a la baja para obtener ingresos que de otra forma no obtendrían. Esta es una de las formas poco ejemplares en que los países se desconciertan.

El grupo del G7 acaba de finalizar un acuerdo para empezar a poner fin a este desconcierto y en nuestra entrada de esta semana hacemos un poco de historia, destacamos el papel que juegan importantes consultores fiscales –en la industria del transfer pricing– en esta carrera hacia el fondo y ponemos de manifiesto el potencial de este acuerdo para recuperar el tiempo y los recursos perdidos. Una lectura más amplia aquí.

La preferencia fiscal (I)

El tratamiento preferencial de los impuestos a las ganancias de capital y los beneficios de las empresas ha existido desde que los sistemas fiscales contemporáneos se crearan, por ejemplo, hace cien años en los USA o en 1977 en España.

En la actualidad, ambos impuestos distan mucho del oro, plata y bronce impositivos en cuanto a capacidad recaudatoria en el conjunto de los países de la OCDE (como son los impuestos sobre el consumo, seguidos por los impuestos de seguridad social y los impuestos sobre la renta de las personas físicas), pero están recibiendo una merecida atención.

Las ganancias de capital son tímidas y no les gusta la publicidad. Sus perceptores en los más altos niveles trabajan con los legisladores y think tanks afines para mantener la noción, inexacta, de que es bueno que sean más bajos. Pero no está funcionando. Tampoco para los más extrovertidos beneficios de las empresas. Una lectura más amplia, aquí

La discordia y sus desastres

Si alguna vez la sociedad española estuvo “en paz consigo misma” no fue desde luego durante el siglo XIX. Un siglo atormentado donde los haya.

El vendaval napoleónico que azotó a Europa para liberarla del Ancien Régime, trastornó también a la sociedad española. En esta se sucedieron complejas reacciones a aquel vendaval, catástrofes coloniales, guerras civiles y revoluciones jamás vistas antes.

El liberalismo se transmutó de ilustrado en revolucionario, el atraso económico arraigó en buena parte del país. Más que nunca, lo patriótico se esgrimió no solo en vano, sino, lo que es peor, de manera divisiva. Un siglo para no dejar de aprender hoy en día lo rápidamente que pueden perderse los logros del pasado.

Francisco de Goya, que tan cándidamente pintaba a la sociedad ilustrada treinta años antes, no pudo llegar más lejos en su desesperación y desgarro de lo que llegó con sus aguafuertes de “Los Desastres”. Una lectura más amplia, aquí

España o el país de las oportunidades perdidas

El lema de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País es “Socorre Enseñando”. El espíritu del lema no es nuevo, nuestro paisano Quintiliano ya lo venia proclamando a los cuarto vientos del temprano imperio romano; pero adornando el sello de la Matritense, fundada por Carlos III en 1775, este lema refleja una actitud renovada que en una España liberada de costosísimas guerras continentales permitió cierto optimismo y progreso, cual si la nación estuviera, como reflejan los maravillosos cartones de Goya, en paz consigo misma.

España no estaba en paz consigo misma, no nos hagamos ilusiones; el Antiguo Régimen seguía intacto y tras su desaparición casi total debido a las convulsiones napoleónicas, permanecieron raíces hasta la mitad del S. XX.

Sin embargo, durante unas décadas prodigiosas, en torno a 1775, pareció que España estaba en paz consigo misma o que tenía la oportunidad de estarlo. Una oportunidad tristemente perdida. Una lectura más amplia, aquí.

El otro Bernie

Todos conocemos a Bernie Sanders, el senador que compitió, sin éxito, por la candidatura del Partido Demócrata a presidente de los USA en 2016 y 2020.

Su influencia ha sido importante, representando la energía y deseo de cambio profundo que muchos movimientos contemporáneos están articulando en los países más prósperos del mundo.

Bernie Madoff, el otro Bernie, es la encarnación de las (malas) sombras en que la crisis financiera del 2007-2008 abundó, con desalmados (juzgados y condenados o no) dispuestos a aprovecharse de sus víctimas simplemente porque podían hacerlo, en ocasiones con la indiferencia de los reguladores.

Lo más absurdo de todo es que mientras Madoff prometió tasas de rendimiento alrededor del 12%-13%, sin riesgo aparente, año tras año y de forma perversamente ilegal, un fondo pasivo imitando al S&P 500 con dividendos, habría proporcionado rendimientos del 15% desde enero de 2009 hasta hoy. Con todas las de la ley. Una lectura más amplia aquí.

Dos días de enero

Si hubiera que señalar dos días del pasado reciente que simbolicen la fragilidad de la aparente dominancia del partido Demócrata en los Estados Unidos, tras las elecciones generales del pasado tres de noviembre, estos dos días son el cinco y seis de enero pasados.

El cinco de enero, los dos candidatos demócratas al Senado por el estado de Georgia ganaron sus respectivas elecciones, creando un Senado perfectamente dividido (50 a 50), con el voto de la vicepresidenta Kamala (pronunciado Kámala) Harris, obviamente demócrata, para romper un posible empate. En la cuerda floja.

El seis de enero fue, más que una Epifanía, un Dies Irae, un día traumático para la gran mayoría de los ciudadanos en USA. Las bandas supremacistas afloraron como pocas veces y, en coordinación implícita o explícita con algunos lideres republicanos y elementos de las fuerzas de orden, dieron muestra de sus intenciones.

Nos esperan dieciocho meses decisivos. Una lectura más amplia aquí.

L’Anée dernière à Marienbad

Tres partidos españoles que apenas hace un lustro acababan de nacer (Ciudadanos, hasta 2014 Ciutadans, Unidas Podemos, nacido Podemos en 2014, y VOX nacido en 2013) han transformado profundamente la política española.

Como resultado de su aparición, aquella se ha vuelto considerablemente más variada. Pero, contra lo que algunos pudieran pensar, ni siquiera en apariencia podría decirse que ha mejorado.

Y no es que lo que había antes fuera como para lanzar un solo cohete. En realidad, la mezcla de mala fe, ignorancia, oportunismo, bisoñez y abundancia de vieja “nueva política” que se ha incorporado a la vida política y ciudadana española nos ha sumido en un bucle onírico, machaconamente repetitivo y anestesiante.

Si no fuera por la deriva conflictiva y enfrentamiento ideológico, para empezar, que ya nos permea, no encontraría mejor representación de este diálogo de sordos malintencionados que la gran película de Alain Resnais L’Année dernière à Marienbad.

El cisne blanco

El cisne blanco es la especie más conocida del género Cygnus. El que todo el mundo visualiza cuando se habla de cisnes, el más común y popular.

El cisne negro, por el contrario, siendo ya muy conocido, se asocia a eventos extremadamente raros, a tormentas perfectas. El primero es lo normal y deseable, el segundo lo extraordinario y temible.

Pues bien, pasando a la economía española, resulta, por ejemplo, que el pleno empleo, que estaría representado por el cisne blanco (lo normal y deseable) no lo hemos visto en España desde hace décadas.

Incluso aceptando el 8% como tasa de paro de “pleno empleo” (que ya es aceptar), tendríamos que decir que no habíamos visto nada por debajo de esa tasa desde el primer trimestre de 1979, con la única excepción de un efímero 7,93% en el segundo trimestre de 2007. Ese cisne blanco es muy esquivo, la verdad.

75 años sin Lord Keynes

Celebramos estos días el 75 aniversario de la muerte de John Maynard Keynes, un hombre digno de la luz del renacimiento cuya obra, creada a lo largo de unas décadas en que Europa se precipitaba en el pozo más oscuro de su historia, ofreció a esta y al mundo un faro de esperanza.


Algunos años después de su decisiva participación en la estabilización del sistema de pagos entre los aliados en la Primera Guerra Mundial, en 1916, Maynard Keynes recordaría la cobardía y mediocridad de los banqueros ingleses de aquellos años, contrastándola con el aplomo y dedicación de los funcionarios del Exchequer y del Banco de Inglaterra. Su elocuente y apasionada condena de la mendacidad del Tratado de Versalles, en The Economic Consequences of the Peace, es bien conocida. Su General Theory sigue siendo relevante hoy.


Lord Keynes contribuyó como pocos han contribuido a la Buena Sociedad a que aspiramos. Un tratamiento más amplio del tema, aquí.

Gobernar a lo grande

Va siendo hora de gobernar a lo grande, que no es lo mismo que gobernar a lo bruto o a lo bestia (cosa esta última con la que nuestros políticos autonómicos y centrales de todo signo nos agreden a menudo). Joe Biden quiere gobernar a lo grande y puede conseguirlo.

Tras décadas de hegemonía, la involución de Ronald Reagan, a su vez fundada en economistas y filósofos de lo moralmente pequeño, se disuelve en contradicciones y desastres de todo tipo, incluido el trumpismo. El presidente Biden representa una oportunidad de dejar atrás tanta locura.

Joe Biden tiene, sobre todo, una calidad humana poco frecuente, especialmente en su profesión.

Tiene un profundo conocimiento de cómo funciona el estado federal de los USA.

Tiene confianza en la ciencia y la experiencia y el apoyo de científicos y expertos.

Tiene más probabilidades que ningún otro político del momento para gobernar a lo grande.

Un tratamiento más amplio del tema aquí.

La Cita Previa y el Teorema del Punto fijo

Ni Kafka lo hubiera podido prever. Pero la administración pública española, al borde del colapso en esta pandemia, ha rizado el rizo que ya venía trenzando desde tiempos inmemoriales.

Si alguna vez su Agencia Tributaria y la Seguridad Social rozaron la excelencia digital cuando todavía no utilizábamos esta palabra (en tiempos de las TICs, se acuerdan), hoy fallan los sistemas administrativos debido a su vetustez y al retraso que sus responsables acumulan a la hora de entender la revolución digital que nos arrastra.

El sinsentido de los sistemas que se han improvisado para hacer de la cita previa la vía rápida que nunca será de la diligencia administrativa en tiempos de pandemia es la materialización práctica de un potente teorema matemático que merece mejores destinos. Vean esto, les invito a que lo prueben si tienen diez minutos que perder. Aunque quizá hoy ya está arreglado. Anteayer era un punto fijo.

Un tratamiento más amplio del tema aquí.

¿Liberalismo o liberalismo?

¿Es posible que la colaboración entre el Estado y el sector privado no sea necesariamente rapaz e iliberal? La realidad y la lógica (de Juan de Mairena) nos aseguran que sí lo es.

Los ejemplos históricos abundan; en los Estados Unidos existen los Sammies, imitando a los Oscars, para premiar la excelencia, a menudo científica y técnica, en la función pública. Angus Deaton (premio Nobel, 2015) nos insta a no demonizar al Estado si queremos retornar a una forma más competitiva e innovadora del capitalismo.

El Liberalismo más amante del progreso edifica sobre los sólidos fundamentos de la ilustración escocesa, léase Adam Smith y David Hume, cuya profundidad filosófica y moral, además de su sentido práctico, ha resistido la prueba de los siglos.

¿Y en España? Quienes encajarían en las coordenadas expuestas no son masa crítica hoy. La polarización agotadora y agotada del país nos tiene paralizados. ¡Vuelva usted mañana!

Un tratamiento más amplio del tema, aquí.

¿Existe el centro?

Si, en el espacio sideral, el centro no existiera no habría nada más. Pero la gran paradoja es que en un espacio infinito cada punto puede ser el centro de ese espacio y a la vez no serlo.

Y no necesito acudir a formalismos para demostrar este teorema. En política, cuando no existe el centro puede existir todo lo demás. Es más (y mucho peor), cuando no existe el centro prosperan los extremos. En España, diríase que alguien se ha empeñado en que el centro político, no digamos el liberalismo, deje de existir.

La situación no puede ser más alarmante, por ahora. Porque, una de dos, o los votantes nos hemos quedado sin opciones liberales o las opciones liberales se han quedado sin votantes. Y, sí, la cosa puede empeorar, como todos sabemos a nada que miremos atrás o leamos la historia de las democracias. Creo que vivimos demasiado confiados.

Un artículo más amplio aquí.

Una flash mob en Wall Street

A finales de enero, Citron Capital y Melvin Capital perdieron miles de millones de dólares gracias a una apuesta fallida sobre el precio de las acciones de GameStop. El apostador toma acciones prestadas que vende inmediatamente, espera unos días o semanas, las compra y devuelve al propietario original. Si el precio ha bajado, el apostador obtiene un beneficio; si ha subido, pierde la camisa.

Resulta que el precio subió de 34,40 dólares el día 13 a un máximo de 380 el 27 de enero como consecuencia de inusitado fervor popular por una acción sin futuro claro. ¿La venganza de las masas contra Wall Street? Quizás. Pero también sorpresas que se producen cuando la tecnología avanza y los costes de transacción disminuyen, facilitando el acceso de inversores modestos.

Todavía mejor, para inversores modestos, las comisiones en fondos de inversión llevan décadas bajando. Pero aún tienen que bajar más, especialmente en España. Leer más aquí.

Kropotkin no estaba chiflado

El príncipe Pëtr Kropotkin fue un aristócrata ruso, revolucionario y evolucionista. Escribió el Apoyo Mutuo casi medio siglo después de que Charles Darwin publicase El Origen de las Especies.

Una de las ramas del “darwinismo” era la del “darwinismo social”, que propugnaba la supervivencia de los más aptos. Kropotkin vio claramente que la teoría de Darwin era básicamente correcta y aprovechó sus bases metodológicas para postular que, al igual que la competencia, la cooperación entre los individuos de una especie es un rasgo evolutivo. Algo que, junto a muchos otros rasgos, nos ha hecho a los humanos la especie que somos.

La cooperación y la competencia son dos características básicas del sistema social, productivo, reproductivo y relacional. El conocido paleontólogo Stephen Jay Gould escribió un interesante ensayo en 1988 sobre la obra e influencia de Kropotkin. Entre otras cosas decía que el gran apóstol de la cooperación no estaba chiflado.

#LoRuralEsLaVanguardia

Este año se cumplen 70 años de una obra cumbre del neorrealismo español: “Surcos”. Dirigida por José Antonio Nieves Conde. La película narraba expresivamente la vida de una familia que huía de la miseria en el pueblo para buscar la prosperidad en la ciudad. El éxodo rural de mediados del siglo pasado en sus aspectos más descarnados.

Hoy se constata el despegue del fenómeno opuesto: un cierto éxodo urbano. No hay para tanto, pero asistimos a un cambio salutífero en el que el ámbito rural está atrayendo la atención de muchos. Hoy no se huye de la miseria ni de la servidumbre de la tierra. Hoy se buscan entornos en los que expresar valores, no nuevos, quizá de siempre, pero renovados.

Por eso hay que estar atentos a la forma que está tomando este movimiento. Puede que sea un principio o que se agote el impulso. Pero, de momento, #LoRuralEsLaVanguardia.

¿Qué hacer con el capitalismo?

Que el capitalismo es un sistema de organización y asignación de los recursos muy odiado por mucha gente es algo con lo que nos desayunamos cada día, aunque nos acostemos con la evidencia también abrumadora de quienes piensan que es el menos malo de los sistemas hasta la fecha.

Utopías aparte. Porque las autopistas que llevan a las utopías, todas inacabadas por razones obvias, están sembradas de víctimas. No se puede negar que el capitalismo tiene algunas variantes y desarrollos odiosos, y conviene combatirlos. Los enemigos declarados del capitalismo no lograrán tumbarlo. Al menos, no antes que sus entusiastas, que son los que más esfuerzo llevan haciendo desde siempre para cargárselo.

Los verdaderos enemigos del capitalismo (y la democracia) liberal son los monopolistas y sus clones. Para restablecer la libertad económica y revertir la desigualdad que su ausencia causa nada mejor que una (buena) política de defensa de la competencia.

Bajo cero… me refiero a las ideas

Filomena es lo que faltaba para exponer la fenomenal carencia de ideas de la sociedad española (instituciones e individuos confondus) que ya venía manifestándose desde hace tiempo en los más importantes ámbitos de acción.

Las rentas sociales de situación que se crearon con la transición hacia la democracia (hay desmemoriados que lo niegan, no obstante) se han ido agotando progresivamente, a medida que el relevo generacional ha descuidado los ritos de paso que transfieren el legado de las diferentes generaciones.

La sociedad española es tan gris que los héroes y heroínas anónimos que nunca faltan destacan con enormidad en el imaginario colectivo y en los titulares de los medios y las redes sociales. Ese es, al menos, nuestro consuelo. Pero nos engañamos. A estas alturas no hemos sabido atajar los contagios de la Covid-19. O paliar sus daños económicos mediante esquemas de mutualización gestionados en tiempo real. No tenemos ideas.

Los enemigos del capitalismo (liberal)

El capitalismo tiene muchos enemigos, pero no son los que la mayoría de la gente cree. Qué más quisieran los anticapitalistas que cambiar el sistema.

No lo lograrán porque la mayoría de la gente todavía confía en labrarse su futuro en un marco de libertad como el que, a duras penas, la verdad, proporciona el capitalismo y la democracia.

Pero tanto uno como otra tienen enemigos mucho más sutiles y eficaces que los anteriores. Estos son los monopolistas, a quienes les entusiasma el capitalismo corporativo. Ellos son la verdadera amenaza para el capitalismo liberal, el empleo, el crecimiento y la igualdad de oportunidades.

Ellos y los políticos que les apoyan. Porque el poder de los monopolios no radica en la naturaleza ni en la tecnología. Ni siquiera en la inteligencia de los monopolistas. Radica, más bien, en las normas que logran promulgar estos dos tipos de enemigos del capitalismo (liberal). La idea está más desarrollada aquí.

Pasillos que salvan vidas y empleos (III)

El avance registrado en los tratamientos ha sido espectacular. Dicho avance está detrás de la mucho menor incidencia de la infección en términos de ingresos hospitalarios, traslados a UCIs y fallecimientos, dadas las elevadísimas tasas de contagio observadas en la segunda ola de la pandemia.

Los sanitarios y los investigadores están haciendo su trabajo a la altura de las duras circunstancias que les rodean, especialmente a los primeros. Los ciudadanos y nuestros representantes no lo estamos haciendo. Clama el cielo el enorme descuido, cuando no desprecio con el que ciudadanos y políticos estamos desoyendo las recomendaciones que nos llegan.

Cada uno en su “vaso”, en el que hacemos lo que nos da la gana, luego, en un alarde de solidaridad malsana, nos dedicamos a compartir la infección en actos presenciales cuasi multitudinarios. La fiesta Covid. Logrando que allí donde no hay infección la acabe habiendo. Y nos cargamos la economía.

Pasillos que salvan vidas y empleos (II)

Vuelvo a la imagen de los vasos comunicantes. Llevamos muchos meses luchando contra la pandemia. Todos los países del mundo, todos los ciudadanos, hasta los terraplanistas, luchamos, cada uno a su manera contra el virus.

Posiblemente no haya en el planeta un solo individuo que no haya oído hablar de la Covid-19. La evidencia sistemática que se ha reunido sobre la enfermedad y sus consecuencias y las vías de atajar una y otras, es ingente y, seguro, en algunos países hay grupos de investigadores sacando conclusiones.

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No hay que estar en el corazón del equipo más avanzado de investigación para darse cuenta de que, hasta que tengamos una vacuna, la mejor estrategia de lucha pasa por la prevención, es decir, evitar en lo posible el contacto con otros y, de ser este ineludible, usar mascarillas y otros equipos de protección individual. A la par están los tratamientos de la enfermedad.

Pasillos que salvan vidas y empleos (I)

Canarias, de la que se habla bastante menos de lo que deberíamos hacerlo, ha logrado el milagro de que los turistas ingleses y alemanes estén más seguros en sus playas y hoteles que en sus casas de origen.

La clave de este éxito no solo está en el gradiente de salud que hay entre los dos extremos (el hogar de un turista y el hotel en el que pasa sus vacaciones), sino, sobre todo, en evitar que ese gradiente se nivele por lo peor por la puerta de los vasos comunicantes.

Es decir, que los desplazamientos de los turistas de su hogar al hotel sean tan seguros como este último. ¿Ven la imagen? Los vasos no comunicantes, su diferente nivel y un tránsito seguro entre ellos.

Este es el modelo y el ejemplo que hay que seguir para toda actividad productiva. Y no lo estamos haciendo. Deberíamos aprenderlo y replicarlo.

Censura de la moción: todo muy liberal

El espíritu liberal vaga huérfano por el camposanto maldito de la política española. Si alguna vez los sepulcros donde yacen los idearios españoles estuvieron adecentados de aséptica cal blanca e iluminados por el sol radiante de Iberia, que la memoria se pierde, hoy se ocultan bajo una maleza desordenada de espinas y jugos urticantes. Duele su estado y hay de ti si los tocas.

La Moción de Censura de VOX no solo era innecesaria, sino que ha quintaesenciado, venidas de todos los vértices políticos, y a cada cual su ración, el odio, la sinrazón, el agitprop, la pereza, la ignorancia, el oportunismo, la desfachatez y la cobardía.

No vamos a ser una sociedad mejor después de este atentado a la vida colectiva y al bien común. Bien pensado, es mejor que nadie haya ostentado ideas liberales en este debate. Les queda poco, pero, al menos, han quedado intactas. Por ahora.

El Pacto de Toledo: Lo mejor está por llegar

La reforma de las pensiones es inminente. Pero, esta reforma (piensen en una vivienda), ¿consistirá en acuchillar y barnizar el parqué y pintar las paredes o en rediseñar el espacio y hacerlo más funcional para la vida moderna? Ya veremos.

Cuando se otea el horizonte internacional se identifican muchas reformas de calado en los países más avanzados, especialmente nórdicos y anglosajones.

En ningún caso ha intervenido una instancia como la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo español, por lo que se puede decir que esta institución es verdaderamente nuestra. Pero el caso es que estos países han dado pasos de gigante hacia la sostenibilidad y la suficiencia de todos sus esquemas de pensiones.

La Comisión del Pacto de Toledo tiene en su mano abrir la puerta a una verdadera reforma que rediseñe de cabo a rabo el conjunto de esquemas previsionales en nuestro país. Lo mejor aún está por llegar. Para saber más, aquí

¿Tiene sentido un sandbox rural?

Todo. Un sandbox rural tiene todo el sentido. Las “fintechs” (startups financieras) no pueden cumplir fácilmente las regulaciones vigentes. Su tecnología se lo impide.

Mejor dicho, es tan potente que las lleva a hacer cosas que no están contempladas en la regulación. Esta es tan convencional que se lleva mal con las nuevas entidades tecno-financieras. Solución: un arenero para que empresas y reguladores exploren sin hacerse daño. Y de ello surge una nueva regulación.

Pues, en el mundo rural, pasa lo mismo, pero a lo básico. Las pequeñas nuevas empresas, de toda la vida, no pueden cumplir requisitos básicos que sus hermanas mayores urbanas sí pueden. O no obtienen sus licencias para operar antes de que se acaben los ahorros de sus promotores. Solución: declaración responsable y requisitos más livianos.

El emprendimiento rural necesita otro enfoque regulatorio. Necesita un sandbox sencillito y reguladores que lo entiendan. Entre muchas otras cosas. Leer más aquí.

Las peores pensiones son las mejores

El título de este 150P tiene más enjundia que las escaleras de Maurits C. Escher. El caso es que tenemos documentación fehaciente sobre esquemas formales de pensiones desde que Augusto crease el Aerarium Militaris, hace más de dos mil años, para ofrecer a los legionarios recién licenciados una cantidad de dinero a tanto alzado con la que sobrellevar dignamente su jubilación.

Mirando a algunos sistemas de pensiones hoy existentes diríase que contienen reglas tan vetustas, y puede que menos sólidas, como las de hace veinte siglos.

Las fórmulas actuales de cálculo de las pensiones de Seguridad Social, en España y en muchos otros países son el resultado de la acumulación de reglas que no se han adaptado a las condiciones económicas, demográficas ni tecnológicas que, por supuesto, han ido cambiando constantemente. El resultado es que muchas pensiones son arbitrarias. Tener buenas pensiones es fácil, pero nadie parece saber cómo conseguirlo. Pueden leer más aquí.

Un conxuro para a produtividade

Hoy me hago gallego para titular este “150 Palabras”. Hay muchos economistas en todo el mundo que llevan años preguntándose por qué crece tan poco la productividad en muchos países avanzados en plena revolución digital.

Es un arcano insondable y la ansiedad aumenta cuando las únicas recetas al alcance de la mano apuntan a la necesidad de propiciar “un cambio de modelo” (productivo) mediante un cambio radical en elementos como la educación y formación de los trabajadores y la internacionalización e I+D de las empresas.

Lo que sabemos que lleva lustros… solo en ponerse manos a la obra. Al menos en España, donde la productividad se muestra muy esquiva desde que se acabaron el éxodo rural y el desarrollismo, por cierto (hubo algo más, lo sé). A lo mejor deberíamos hacer un conjuro para convocarla. La productividad debe ser como las meigas gallegas, nadie las ha visto, pero haberlas haylas. Algo más al respecto aquí.

Una sandbox para cada menester

Los principales países del mundo se han embarcado en un interesantísimo experimento regulatorio. Ante la evidencia de que la digitalización desborda la regulación existente en las finanzas, limitando el desarrollo de muchas buenas ideas (y otras tantas start-ups), reguladores y regulados han aceptado meterse en un “arenero” (una sandbox) para generar nuevas regulaciones que preserven los derechos de los consumidores sin cortar las alas al desarrollo.

El arenero (figurado) les aísla del resto, de forma que fuera de él no puede hacerse nada que viole la regulación vigente y dentro de él se puede hacer de todo hasta que la nueva regulación a prueba determine los nuevos límites y el momento de su generalización.

Esta excelente idea ya se está poniendo en práctica para la integración en el mercado de las fintechs (start-ups financieras). Sería bueno que se generalizase a la salud, el mercado de trabajo o el ámbito rural.

La (buena) educación

¿Se imaginan que las pensiones españolas fuesen sostenibles, con un tipo de cotización del 25% del salario bruto y representasen el 80% del último salario? Desde luego serían las mejores del mundo.

Pero requerirían carreras laborales y de cotización muy productivas y aún más largas, sin desempleo y capitalizando una buena parte de las cotizaciones con rentabilidades decentes.

Esto, aunque lo parezca, no es imposible. Bastaría con mejorar la educación en nuestro país. La educación no es buena, lo que implica que el empleo tampoco lo es y, por ende, las pensiones son las que son. Estos elementos no se producen en el vacío ni desconectados entre sí, sino que la portentosa evolución de la esperanza de vida y el anquilosamiento institucional los estresan sin cesar. No será para mañana, pero si no se reforma a fondo el sistema educativo nunca tendremos un encadenamiento virtuoso del empleo y las pensiones. Más sobre la buena educación.

La vuelta a… las pensiones

Se acabó el verano. Volvemos a… las pensiones. La pasada semana la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo reanudó sus sesiones.

Desde que se estableció el estado de alarma han pasado ya seis meses… y muchas otras cosas más. Entre ellas, una descomunal caída de la afiliación a la Seguridad Social y de los ingresos por cotizaciones sociales. Un descenso muy acusado de las nuevas altas de pensión, así como un aumento igualmente acusado de las bajas de pensión. La caída del IPC que servirá de referencia para actualizar las pensiones. Un enorme aumento del déficit de la Seguridad Social.

El debate institucional sobre las pensiones y su reforma, es decir, la Comisión del Pacto de Toledo, no debería reanudar sus trabajos “donde los dejaron” mucho tiempo antes de que estallase la Covid-19. De hecho, cuando el gobierno de la primera legislatura de Sánchez perdió la votación de los presupuestos. Audio

Liberalismo español en tiempos de pandemia (III)

Los liberales españoles emergen al final del S. XVIII alrededor de las revoluciones americana y francesa, procedentes de la ilustración y las Sociedades Económicas de Amigos del País.

En el S. XIX, fueron activísimos en las Cortes de Cádiz (su momento más luminoso), transitaron la dura cohabitación con la monarquía fernandina y la más suave época isabelina, hasta expresarse por la izquierda en la primera república. El turnismo político de la restauración alfonsina les pilló del lado de Sagasta… y hasta del de Cánovas.

Tuvieron escasa presencia en el primer tercio del S. XX. Nula durante la república y la dictadura de Franco y, por fin, muy activa y encarnada en personas de amplia vocación política y civil, en la Transición hacia la democracia. Consolidada la cual, y hasta nuestros días, la formación de ese partido liberal que España hubiera necesitado para evitar la bisagra nacionalista se ha revelado imposible.

Liberalismo español en tiempos de pandemia (II)

El liberalismo español no existe ni se le espera. Conozco a mucha gente que en estos meses de confinamiento se está reinventando, pero no he visto el mismo afán entre los líderes políticos.

Las elecciones de apenas hace medio año certificaron la defunción del centro y (no sé si por ende) el liberalismo político en España. No estaba el cuadro político español muy fino antes de la moción de censura. Y tampoco ha mejorado después.

Este evento ya está escrito con letras de molde en la historia política española del S. XXI. De momento marcando constatación de una ausencia (la liberal) que el largo éxito post Transición había venido registrando muy clamorosamente, a pesar de meritorios esfuerzos para colmarla (los UPyD y Ciudadanos de primera hora). El fracaso de estos intentos tuvo su quien le pusiera su last nail in the coffin en Albert Rivera. Nadie lo hubiera hecho mejor.  Más sobre el liberalismo en España aquí.

Liberalismo español en tiempos de pandemia (I)

La subasta múltiple, al mejor postor, de las sucesivas prórrogas del Estado de Alarma refleja a las mil maravillas (“de modo exquisito y primoroso”, define la RAE) el estado de las fuerzas y compromisos políticos en España.

Si con las cosas de comer no se debería jugar, con las de salud menos aún. Las cosas “de comer” son, por ejemplo, el cobro de los ERTE o los préstamos ICO, los presupuestos, la política industrial, las pensiones o la regulación del mercado de trabajo. Las “de salud”, hoy, son la pandemia y los enormes riesgos del desconfinamiento.

Pues bien, la antedicha subasta muestra a las claras cómo se ha jugado con ambas cosas por parte de las fuerzas políticas que, al parecer, nos representan. Eso es lo malo, que nos representan. Vale, pero ¿qué tiene todo esto que ver con el liberalismo español? Nada, absolutamente nada. El liberalismo español no existe.

El abecedario de la reconstrucción (III)

En este simple ejercicio, gracias al amplio abecedario ilustrativo desplegado, se muestra algo en lo que igualmente se ha reparado poco. Me refiero al impacto sobre el bienestar, transitorio o permanente, que pueda tener una perturbación tan descomunal como la causada por la covid-19.

En la Salida en “V”, la pérdida de bienestar (PIB, en realidad) se reduce al triángulo A-B-D en el gráfico del 150P anterior… y ya está. Eso sí, para siempre.

En la Salida en “Z” bien pudiera darse que no hay pérdida de bienestar o que, incluso, hubiese una pequeña ganancia (o lo contrario). Las “Z” son raras en materia de crecimiento, aunque muy frecuentes en los mercados de divisas, las bolsas de valores y similares.

En la Salida en “L” hay una pérdida de bienestar permanente y creciente (siempre respecto a la tendencia, claro), a pesar de que el PIB ya crece a su tasa potencial. En la Salida “ES” (línea B-I en el gráfico, esta es nueva… el temible Estancamiento Secular) la pérdida de bienestar es permanente y creciente.

Esto del crecimiento tiene sus sutilezas. Muchos me repicarán diciendo que nunca se sabe, y que, a lo mejor la “L” y el “ES” nos hacen más felices. Pues a lo mejor tienen razón. Pero hablemos con propiedad, ¿no les parece?

El abecedario de la reconstrucción (II)

Continuando con el abecedario de la reconstrucción, supongan que la inclinación de la línea del cañón del fusil (línea A-G en el gráfico) representa la tendencia de crecimiento potencial anual del PIB a largo plazo, por ejemplo, el 2,5% (en términos reales).

Una recesión en el año “t” supone que esa línea se quiebra (línea A-B) y el PIB cae en un año cualquiera, por ejemplo, el 4% (punto B). En una Salida en “V”, al año siguiente, el PIB se recupera (línea B-D) y, un año más tarde está creciendo de nuevo al 2,5% (punto D). El año de la recuperación, por lo tanto, el PIB ha tenido que crecer exactamente el 9,44%, para recuperar la caída del año recesivo y para alcanzar la tendencia (línea D-G).

Una Salida en “Z” canónica (línea B-E) exigiría una recuperación del PIB de alrededor del 16,5% (back-of-the-envelope, punto E) y una nueva recesión psterior (línea E-F) para corregir el overshooting y volver a la tendencia (línea F-G). En una Salida en “L” (la bayoneta), por fin, se recuperaría la tasa del 2,5% (potencial) al año siguiente de la recesión (línea B-H).

El abecedario de la reconstrucción (I)

Con este mismo titular, ha circulado estos días, con cierto éxito entre analistas y economistas académicos, una genial infografía de los posibles perfiles cíclicos de la recuperación basada en una publicación de la muy respetable Brookings Institution (aquí)


Hay que reconocer que se trata de un notable trabajo de divulgación. Pero oculta algunos detalles que han pasado desapercibidos en el debate. La figura más temible, sin duda, es la salida en “L”.

Hay que entender esto de la “L” porque no es evidente. Imagínense una bayoneta que apunta a media altura. La línea inclinada hacia arriba del cañón de un fusil sufre una repentina caída y continúa paralela a la prolongación de aquél sin jamás cruzarse con ella.

La salida en “V” (la que no veremos) es la favorita y consistiría en aquella bayoneta doblándose fuertemente en su ángulo hasta tocar la imaginaria prolongación de la línea del cañón.

En el fin de semana seguiremos con la reconstrucción, que no va a ser cosa de un día, descifrando, por ejemplo, esta curiosa imagen.

La deuda es una institución

Las instituciones tienen algo extraño. Llamamos así a esquemas de relaciones, compromisos y reglas, más o menos explícitas que marcan nuestras vidas, bien porque nos las facilitan o porque nos las entorpecen.

Nos proveen de recursos, nos los extraen del bolsillo. Les asociamos una sede, un “presidente”, personal y, como no, un cuantioso presupuesto.

¿Se imaginan, sin embargo, una institución etérea y real al mismo tiempo, sin sede fija, pero instalada en todas nuestras vidas, capaz de causarnos enormes perjuicios de burlar nuestros más profundos deseos de evitarla?

Pues hay muchas. La “deuda” es una de esas instituciones. Sí, lo que debemos o nos deben. Con sus motivos subyacentes, sus giros y torcimientos, sus miserias y alivios.

La deuda es antigua como el ser humano, seguramente, y se la ha documentado desde el tiempo de los sumerios, más de un milenio antes de que Hammurabi la regulase. Toda una institución. Para saber más sobre el problema de la deuda actual, aquí

Sensores y sensoras… les presento el intrépido nuevo mundo

No sabemos, aunque es probable que así sea, si la salida de la covid-19 consistirá en un periodo indefinidamente largo de recurrencia temporal (mañana o pasado) y/o espacial (aquí o allá) de brotes víricos con intensidad variable en cada momento.

Esta “topología” vírica solo se puede mapear sometiendo a la población a una “sensorización” continua, aleatoria y que arroje a la nube resultados en tiempo real para ser inmediatamente analizados y devueltos al esquema de confinamiento relativo y recurrente.

¿Se imaginan? Habría hasta “pasarelas Cibeles” para presentar cada temporada los EPI integrales, comodísimos y ergonómicos, de diseño, que serían entonces una parte integral de nuestras vidas. No se lo tomen a broma. Lo indico aquí como el heraldo de la transformación productiva que nos espera. Los que todavía hablan de la “4ª revolución industrial” (como si solo hubiese habido cuatro) no saben lo atrás que se han quedado. De verdad.

Los 200 ingenieros de la Comisión para la Reconstrucción

A las siete llueven croquetas… digitales. Decía el más grande profesor que jamás he tenido que, en Madrid, a las siete de la tarde, llueven croquetas (en forma de conferencias y sus correspondientes cócteles).

Con el confinamiento esto ha cambiado y ahora lo que llueven son webinars. Y los que se llevan de capa al personal son aquellos dedicados a blockchain y todo tipo de soluciones digitales. Y, además, al final, también te dan una croqueta… digital.

Lideran estas clases personas increíblemente jóvenes, dinámicas y creativas. Que han puesto en marcha cientos de start-ups que aportan soluciones que, de estar ya generalizadas, habrían resuelto de un plumazo los ingentes problemas de gestión del pago de los ERTEs, los préstamos ICO y la compensación simultánea de cientos de miles de deudas entre agentes desconocidos.

No sé cuantos ingenieros informáticos habrá vinculados a la Comisión Parlamentaria de Reconstrucción. Debería haber doscientos. Mínimo.

El limbo laboral del Covid-19

Afortunadamente (me apresuro a decirlo) tenemos la figura del ERTE, denostada en su día y alabada hoy, para contener la hemorragia laboral que causa el confinamiento.

Gracias a ello los datos de afiliación y paro de abril, llamados a ser “más que muy malos” solo han sido “muy malos”. La afiliación cedía, en el mes, mucho mas que nunca, mientras que el paro registrado también.

Pero hay dos indicadores que me interesa destacar. Siempre me he fijado en ellos, pero ahora son reveladores de lo que el limbo de los ERTE puede ocultar, muy inciertamente, para el futuro.

Estos son los contratos celebrados en abril, que se han reducido a poco más de un tercio de lo habitual (1,8 millones en abril 2019) y el número de beneficiarios de prestaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que se ha duplicado hasta los 5,2 millones (2,2 millones en abril de 2019).

Hoy, más que nunca, “viva la libertad y el desestanco”

Nuestro país lleva cuarenta y seis días en Estado de Alarma, algunos de aquellos “reforzada”. El confinamiento y las cuarentenas han sido necesarios para contener el contagio y, de hecho, son la única manera eficaz para lograrlo mientras no se disponga de una vacuna.

Pero, también implican una supresión de las libertades de movimiento y de reunión. Como digo, más que justificada desde a responsabilidad social que a todos nos incumbe. Pero lo que es más difícilmente justificable es el “estanco”, público o privado, de los equipos y consumibles de protección.

Cuando el acaparamiento es público se llama confiscación y puede ser hasta beneficioso (aunque raramente, la verdad), cuando el acaparamiento es privado se llama “estraperlo” (una palabra bien galdosiana, como este blog) y es perverso siempre. He escrito ampliamente sobre todo esto en esta página web, pero lo mejor que puedo sugerirles ahora es que lean la primera entrada

Una Buena Sociedad… el blog

Utilizo este formato en mi web para “promocionar” una vieja aspiración emocional hecha realidad gracias al coraje y la generosidad del equipo dirigido por Álvaro Delgado Gal que ha logrado que Revista de Libros inicie una nueva etapa.

Un blog denominado “Una Buena Sociedad” y escrito juntamente con mi hermano gemelo, con quien comparto muchas cosas, además de la edad.

Si, en mi blog de esta página, ya se encuentra servido uno de los pilares en los que se sostiene una buena sociedad, el liberalismo económico (reflejado en su el título “Viva la libertad y el desestanco”), en el que anuncio ahora se sustancian los pilares del liberalismo social y político.

Este modesto esfuerzo solo pretende apoyar a todos quienes ansían que España no olvide sus raíces liberales, que, de tan esforzada como poco fructífera manera, alimentaron los escasos brotes de verdadera libertad que hemos disfrutado en nuestra historia. Vale.

Austeridad y frugalidad no son lo mismo

La Comisión de la UE, apoyada por países centrales, impuso la austeridad para limitar la crisis de la deuda soberana y la explosión fiscal que estaba provocando la crisis financiera, especialmente durante su rebrote en 2011.

Esa política, no solo no pudo evitar la ampliación de las brechas de desigualdad, sino que las agudizó. Hoy, la austeridad no va a ser posible porque la hemorragia económica y financiera del Covid-19 está rebosando los muros de contención del déficit y de la deuda y porque sería insoportablemente impopular.

Pero si la austeridad como política no debería volver, parece que lo que se va a imponer, en mi opinión, es la frugalidad como estilo de vida. La frugalidad se elige, mayormente porque es algo positivo. Puede ser fruto de la escasez de recursos, pero también de una opción por la vida simple y contra el exhibicionismo. La frugalidad es virtuosa. Que venga.

Las previsiones económicas del Covid-19

Llevamos semanas recibiendo previsiones macroeconómicas de analistas, organismos e instituciones. De las primeras avisando de un mal II Trimestre y un parón de la economía, hemos pasado a previsiones de caídas (interanuales) del PIB de dos figuras en los dos primeros trimestres del año y cercanas al 10% para el conjunto del presente año.

Las más recientes en este sentido, de BBVA Research y el FMI, en las que el PIB de 2020 desciende por encima del 8%, el déficit supera al 10% del PIB, la deuda se acerca al 115% y el paro sube del 20% de la población activa. Siendo horribles estas noticias, la noticia aún peor es que estas previsiones, con toda probabilidad, se verán obsoletas en días o semanas.

La herd immunity no ha funcionado frente al Covid-19 porque no hay una vacuna. No se frenará el descalabro económico en ausencia de una buena vacuna política.

Aquí se discute el futuro desde el punto de vista del ahorro.

Un pacto reconstituyente

La RAE define “reconstituyente”, en la segunda acepción de esta voz, como “Dicho especialmente de un remedio: Que tiene virtud de reconstituir”.

El gobierno propone un gran pacto para afrontar la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas, especialmente ahora que se vislumbra el freno y posterior repliegue del contagio y se avecina una problemática fase de recuperación económica preñada de intensos retos, esfuerzos y concertaciones.

Un pacto es necesario. Un pacto que ayude a remediar la situación y que reconstituya el tejido social y económico dándoles nuevo vigor.

Pero también se puede declinar la voz “reconstituyente” en una acepción política. Hoy, la democracia española, ni está en peligro ni necesita un proceso (re)constituyente.

Pero sí necesita perfeccionarse y recuperar el valor de la colaboración leal entre actores políticos, sociales y económicos. ¿Son las segundas partes de los Pactos de la Moncloa que se proponen la solución? No lo creo. Más sobre este pacto.

“Desescalar” por barrios. ¿Tiene sentido?

De la misma forma que se está planteando, aunque no sé muy bien quien manda en esto, la verdad, la posibilidad de “desescalar” primero a los jóvenes (entiendo que a los niños no acompañados no), se habla de hacerlo también con los territorios despoblados.

Esto de ir “por barrios” (de edad, ubicación territorial, etc.) ofende a un país con sentimientos igualitarios tan acendrados como los que abundan en España. Pero si hay un criterio de Salud Pública (más que sanitario, no es lo mismo) que lo aconseje, ¿por qué no? Aunque me parece que, ese criterio, no se fijaría en la edad ni en el territorio, sino en la condición vírica de cada uno.

¿Debería corregirse este criterio, en uno u otro sentido, por su racionalidad económica? ¿Debería “desescalarse” a cualquiera contra su voluntad? ¿Debería dejarse que cada CC AA “desescale” lo que, cuando y como quiera? Ahí lo dejo.

En la España rural, están planteando las diferencias de su situación.

De la renta básica al impuesto negativo

Todo el mundo entiende la expresión “renta básica” aunque si se le preguntase qué entiende por esto no sabría qué versión destacar porque se habla mucho de ella últimamente.

Pero la expresión “impuesto negativo”, aparte de sonar bien en sus términos, goza de bastante menos presencia en los círculos sociales. Un impuesto negativo no se explica ni en dos tardes, como para hacerlo en las ochenta palabras que me quedan.

Solo les diré, para crearles la debida expectación, que un Impuesto Negativo (IN, sobre la renta se entiende) es una Renta Básica de última generación, aunque tenga ya casi seis décadas de vida en los textos y algo menos en la práctica. Anida a muchas variantes preservando lo bueno y limitando lo malo de las ideas alrededor de las rentas básicas. No es broma. A mí, el IN es la única variante de la RB que me gusta. Seguiremos informando.

Por el momento, pueden acceder aquí a un documento más amplio, que escribí nada menos que en 1987 para Papeles de Economía Española, en el que se explican más detalladamente estos conceptos y sus implicaciones económicas, documento que también está referenciado aquí, en este blog.

El Covid-19 y la última tienda del pueblo

Si, un decir, en Zaragoza, a causa del confinamiento y la falta de liquidez, cierra una pequeña tienda de barrio, es un drama. Si en un pueblo de menos de cien habitantes cierra la única tienda de comestibles que existe, debe de ser como si el virus hubiese ganado la partida.

Hay héroes del servicio a domicilio como los de “La Exclusiva” (Soria, www.laexclusiva.org), que abastece de alimentos y artículos de primera necesidad, haciendo un uso inteligente y social de la movilidad, a cientos de familias cada día en la despoblada Soria.

Pero no sabemos (muestra más del abandono) cuántos pequeños establecimientos o trabajadores autónomos hay ahora mismo en riesgo de desaparición por falta de liquidez en los 1.300 municipios españoles de menos de 100 habitantes. ¿Y si se crease un “Fondo de Liquidez Rural” con los remanentes de las Diputaciones y Ayuntamientos y aportaciones de empresas? Trabajemos los detalles.

¿Hay alguien preparando el post-bend-the curve?

Si se confirma el popular “un día menos”, algún día dejaremos atrás la pandemia. Ojalá sea pronto. Nadie en su sano juicio pensará que, al día siguiente, como tirando de un hilo, todo el entramado productivo, logístico y laboral se va a alzar, alguien va a sonar la campana y la maquinaria económica va a empezar a rugir.

Pero apuesto a que muchas personas (incluso informadas) creen que todo esto es transitorio de toda transitoriedad. Así, de hecho, se puede deducir de la literalidad (días o semanas) de muchas de las normas de confinamiento previstas hasta ahora, algunas ya prorrogadas.

Sin embargo, bastantes agentes económicos decisivos creen, con razón EMMO, que tardaremos (muchos) meses en volver a (autorizar) que se llenen los bares, los estadios o el metro.

¿Hay alguien preparando el post-bend-the-curve? Yo no los veo, llamemos a la UME que, nos consta manifiestamente, saben hacer planes de contingencia.

¿Hay que tocar los ahorros previsionales ahora?

El Gobierno permitirá, durante seis meses, liquidar parcialmente los ahorros previsionales de parados, empresarios y autónomos afectados económicamente por el coronavirus.

Una medida oportuna. Pero después de haberlo solicitarlo personalmente hace días en una entrevista (subida a este blog), lo he venido pensando mejor y creo que hay que ser prudente.

El mercado está ahora muy bajista y su liquidación podría exacerbar esta tendencia, imponiendo a sus titulares cuantiosas pérdidas. Sin embargo, el activo se podría usar como garantía de una línea de liquidez, a autorizar expresamente. Así, si fuese necesario ejecutar la garantía, se podría abordar esta liquidación y su incidencia fiscal en mejores condiciones de mercado.

Un Plan de Pensiones es el último activo que debería liquidarse si se tienen alternativas. Me apego al principio de que los ahorros previsionales son los bocadillos de un mañana muy largo y no el pan de hoy y no deberían tocarse.

Catch 22: miedo al virus y a perder el empleo

Un “Catch 22” es una película de 1970, basada en la novela homónima de Joseph Heller (1961), y un dilema lógico. Si caes en una situación en la que estás mal y te escapas puedes estar peor.

Esta idea está ya anidando en la mente de millones de españoles enfrentados a salvar su puesto de trabajo o su empresa al mismo tiempo que su vida. Incluso entre los más determinados a cortar el contagio (whatever it takes) y los más críticos con estos por “no priorizar los empleos y las empresas” a lo anterior (whatever it takes), les aseguro que este dilema anida. Es natural.

No creo que nadie quiera desconsiderar los argumentos legítimos de la otra parte, pero sí reclamo que quienes deben tomar las decisiones tengan la mente clara y sepan explicar estas decisiones. Mi elección es rotunda: parar el contagio a toda costa limitando dicho coste económico.

Parar la hemorragia económica del Covid-19 (III)

¿No se podría retener una pequeña parte de las rentas de quienes las tienen más aseguradas en esta dura coyuntura y constituir con ellas un “Seguro Social” que permitiese ir pagando sobre la marcha a los principales damnificados? ¿O financiarles su necesidad de circulante hasta que se restableciese su capacidad de pago y de devolución de los anticipos?

Esto no sería un impuesto, ni otro tipo de política fiscal, menos aún de política monetaria heterodoxa (helicóptero monetario) o basada en deuda. Estaría más cerca de un seguro que operase una mutualización instantánea, dinámica y con eventual rescate parcial de la “prima” una vez pasada la pandemia.

Solo hay un problema: la cadena administrativa y regulatoria existente es incapaz de implementar este tipo de esquema de la noche a la mañana. Como pasa con cualquier otra medida antes citada. Pero la blockchain y la Inteligencia Artificial pueden hacerlo. ¿A qué esperamos? (ver una perspectiva más amplia)

Parar la hemorragia económica del Covid-19 (II)

Los agentes económicos estresados por el cierre de sus negocios, las fábricas, las obras; los trabajadores y los proveedores de estos mismos negocios, se están quedando a “dos velas”.

Los negocios cierran por orden administrativa, no porque los clientes dejen de comprar sus bienes y servicios. Los dueños de esos negocios no ingresan los recursos con los que pagar a los trabajadores, proveedores y acreedores. Estos, a su vez, fallan en su propia cadena de pagos.

Solo permanecen en pie los funcionarios, asalariados de empresas con mercado y/o fuelle de circulante, pensionistas y parados que puedan recuperar el grueso de su salario a través de las prestaciones del SEPE.

Los que tienen sus rentas aseguradas o escasamente perjudicadas son muchos más que los que las han perdido o las han visto reducirse en proporciones inabarcables. Esto está sucediendo ahora, según yo escribo y tú lees esto. Está sucediendo ahora mismo. (ver una perspectiva más amplia)

Parar la hemorragia económica del Covid-19 (I)

Hay que parar la infección vírica al coste que sea (whatever it takes). Pero, al mismo tiempo hay que limitar la hemorragia económica y del sistema de pagos que está causando.

También la financiera, pero ahora hay que enfocarse en el “circulante”: se está secando. Lo que no es más que la imagen especular del colapso de muchos sectores productivos (que han “bajado la persiana”) y toda su cadena de suministro, por no hablar del empleo que toda ella conlleva.

Los macroeconomistas piensan en colchones fiscales (que amortigüen el golpe) y flotadores monetarios (bien inflados), o en deuda soberana o europea. Porque deuda habrá. Y otros males, que sembraremos obligados ahora y cosecharemos más tarde. Los Bancos

Centrales y gobiernos de muchos países ya están implementando esta panoplia de medidas, pero la economía global está sufriendo un gigantesco shock de oferta. ¿Serán suficientes? ¿Hay otras medidas que se puedan tomar? (ver una perspectiva más amplia)

Tsun Zu y las Logísticas del Covid-19

Si esto no es la guerra, se le parece. Solo que nadie puede salir de sus trincheras mientras arrecia una lluvia corrosiva e infecciosa contra la que solo tenemos paraguas humanos, héroes y heroínas, profesionales sanitarios y logísticos que hacen todo por nosotros.

¿Y los capitanes y generales? ¿Quién asegura las comunicaciones, los suministros vitales y los que combaten los portadores del escudo?

¿Dónde está el conocimiento y la tecnología que garantiza las logísticas sanitarias, económicas y financieras que nos permitirán adelantarnos a las tres catástrofes que nos amenazan?

Disparando bellos eslóganes de unidad y escudándonos en el sesgo retrospectivo o con avales y saquitos de dinero no lo resolveremos.

¿Es que solo Ortega y Reig lo ven claro? Creo que hay que releer a Tsun zu (El Arte de la Guerra) para darse cuenta de que nuestras cadenas logísticas antes mencionadas necesitan verdaderos líderes al frente, no malos actores.

Vídeo

Contra el Covid-19, time is of the essence

El gobierno ha lanzado ayer un cañonazo contra la creciente hemorragia económica provocada por las medidas de contención provocadas por el Covid-19.

Sabíamos una cosa y otra, que la contención iba a cobrarse docenas de miles de empleos y empresas y que la cadena de pagos podía estallar en pedazos, por un lado, y que evitar este destrozo, dinámico, por cierto, requeriría un cañonazo de calibre inédito.

Italia ha disparado un “obús” del 20% de su PIB, Alemania otro del 15%, los EE. UU. otro del 4% apenas (que podría llegar al 4,7%). El gobierno anunció el 20%, pero en realidad es el 16% (Moncloa debe aprender a extraer porcentajes) y por vías que tardarán tiempo en dar en una diana móvil y huidiza. 

Time is of the essence, dicen los ingleses cuando quieren referirse a la naturaleza esquiva de aquellos problemas que no admiten dilación si se desea resolverlos. Más aquí y aquí.

Un Gran Seguro Social Contra el Covid 19

A la espera de una vacuna contra el virus, que tardará meses, solo hay una cura eficaz: cortar el contagio de raíz o lo más cerca posible de la misma mediante un confinamiento extremo de los grupos de riesgo y mucho más allá, el aislamiento de territorios enteros entre sí y el corte de comunicaciones significativas de personas.

O esto corta en seco la geometría explosiva de la infección o el sistema sanitario no aguantaría su presión. El whatever it takes “draghiniano” carece de sentido mientras no se corte el contagio porque el coste económico del mismo se convierte en una diana móvil cada vez más grande.

Puede haber muchos perdedores y ningún ganador. Pero, al menos, hay muchos agentes económicos que seguirán percibiendo sus rentas puntualmente.

Pues bien, ha llegado el momento de crear un Gran Seguro Social Contra el Covid 19. Lo explico con más detalle a continuación.

El año Galdós y las Clases Pasivas

¡Miau y requetemiau! Este es el año Galdós y quiero hablar de las “Clases Pasivas”. Un régimen especial(ísimo) de la Seguridad Social que cubre las garantías de pensiones de los funcionarios de los grandes cuerpos de la administración civil, militar y judicial.

No es MUFACE o equivalentes, aunque están estrechamente ligados. En las novelas de Galdós aparecían “habilitados” de CCPP, es decir agentes calificados por el Estado para liquidar en metálico las pagas a los funcionarios jubilados o a sus derechohabientes, en sus propios domicilios (de aquellos).

Estos habilitados corrían más riesgo que los correos de la Wells Fargo. Desde 2011 este régimen está cerrado a la entrada de nuevos afiliados, pero se extinguirá allá por 2090…

Si antes el Estado no se lo quita de encima endosándoselo a la Seguridad Social como si fuera un enorme seguro de prima única. ¿Quién será el guapo que lo valore?

Prohibido tener pérdidas

¡Ea, ya está! Hemos dado con la solución universal para la prosperidad general. Que las actividades económicas solo tengan beneficios, nunca pérdidas, y lo lograremos tan bonitamente por decreto ley.

Si eres empresario o autónomo, y tienes pérdidas, cosa que no debieras tener, porque ya está prohibido tener pérdidas, te vamos a obligar a tener beneficios.

Para ello vas a firmar un contrato con tu cliente en el que te vas a comprometer a no venderle género por debajo de lo que te cuesta producirlo.

Como no sabemos ahora mismo lo que te cuesta producirlo, pues ya te diremos, pero de momento, tú, vendes a precios que te permitan cubrir tus costes. A ver si así logramos que todo el mundo quiera ser agricultor. Luego lo intentaremos con las demás actividades.

Tus clientes también tendrán que comprometerse a vender lo que te compran sin pérdidas, claro. Y así todo. To-do. Más aquí

El Pacto de Toledo con freno y marcha atrás

Este título evoca una de las más logradas comedias de Jardiel, “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”. Los protagonistas de la obra ingieren el elixir de la eterna juventud y al punto dejan de cumplir años y rejuvenecen… Y ahí empiezan los problemas.

Ninguna imagen más oportuna, cuando la humanidad sueña con alcanzar la escape velocity de la muerte en las próximas décadas. Si eso se lograse (y cabe dudarlo), el Pacto de Toledo, recién reflotado de su propio hundimiento cuando se acabó bruscamente la anterior legislatura, tendría un problema irresoluble. Ya lo tiene sin necesidad de que nadie se tome elixires de la eterna juventud, aunque el freno no esté echado ni se haya iniciado la marcha atrás.

Basta con las casi cuatro horas que añadimos a la Esperanza de Vida cada día (en media ponderada por edades). Mientras eso suceda el Pacto de Toledo tendrá muchos problemas.

La movilidad, la despoblación y las sillas musicales

¿Se acuerdan del juego de las sillas musicales? Empezaba con siete personas y seis sillas. A un ritmo musical acelerado se iban descartando, una a una, personas y sillas.

Cuando paraba la música, solo había una persona y ninguna silla. Lleno total. Estos días ha circulado un tuit con un soberbio reportaje gráfico sobre la movilidad interprovincial que me sugiere que cuanta más movilidad local haya (interprovincial eventualmente) más distribuida estará la población en el territorio.

Y así tendremos la sensación de que todo el territorio está poblado. Podríamos intentar dar con una fórmula de movilidad sostenible, flexible, a demanda, low-cost y, especialmente, colaborativa que permita habitar territorios poco poblados, pero maravillosos.

Sin renunciar, de esta manera, a tener un buen trabajo conectando pueblos y pedanías en comarcas despobladas con cabeceras comarcales, provinciales o regionales en las que desempeñarse laboralmente. Conviene intentarlo todo menos esperar a que llegue el AVE.

Tipo sin base

Es un sinsustancia”, dicen en mi pueblo para referirse a “tipos” con poca base. Pero yo quiero hablar del sistema fiscal.

Este se compone de dos elementos fundamentales: las bases imponibles y los tipos impositivos. Así, podemos tener tipos con mucha base y tipos con poca base. Cuanto menores son las bases, mayores deben ser los tipos para que se pueda recaudar lo suficiente.

Esto suele causar bastante enfado entre los que pagan, porque pagan doble mientras los listos se escabullen. Aunque la evasión no es la única forma de reducir las bases impositivas.

También están las deducciones, reducciones o desgravaciones en la base de los impuestos. Y esto último hace que los mismos tipos rindan bastante menos. Es decir, que los “tipos efectivos” sean mucho menores que los “tipos nominales”. Por ahí se va la fuerza de los impuestos y se causan perversos círculos viciosos que refuerzan la evasión.

Tipos de interés biológicos

El “estancamiento secular” de Japón, situación a la que se abocan muchas economías avanzadas también, ha puesto de moda los “tipos de interés biológicos” (se acuerdan de Paul Samuelson en el JPE, 1958).

Como la población decrece, pues lo lógico es pensar que dicho tipo de interés es… ¡justo, negativo! Pero a nadie se le ocurre pensar que, en realidad, el tipo de interés biológico es mucho mayor.

¿Cómo es esto posible? Muy sencillo, la métrica demográfica adecuada no es el mero headcount (contar cabezas) sino la de la longevidad. Es decir, si cada 24 horas que pasan añadimos 3,8 horas a nuestra Esperanza de Vida pues entonces el tipo de interés biológico debería ser un 15,83%, ¿no? Claro, esas ganancias van a edades no laborales y las tiramos por la borda de un crucero, eso sí. Llueve maná y no nos enteramos. Peor aún creemos que algo nos empapa.

¿Quién se queda con las ayudas de la PAC?

Las redes sociales te plantean cuestiones apasionantes. La que titula es una de ellas y venía con respuesta implícita: los consumidores se están apropiando íntegramente de las ayudas de la PAC y los productores no se benefician.

No lo creo. Las ayudas de la PAC son barreras no arancelarias que permiten a los agricultores europeos competir con producciones foráneas mucho más baratas.

Los consumidores pagan precios más bajos, sí, pero los pagarían aún más bajos en un marco de libertad global de comercio. Las ayudas evitan que los agricultores quiebren sin distorsionar los precios globales más de lo que ocurriría si no existiese la PAC.

Ya que la única manera de evitar la desaparición de las explotaciones europeas sería el proteccionismo rabioso y eso no es posible.

La pregunta relevante es ¿a quién perjudican las ayudas de la PAC? Pues a los agricultores de los países en vías de desarrollo.

Naranjas de la China

Esta expresión se utiliza para dar una negativa cuando nos piden algo imposible de cumplir. La traigo a colación aquí para referirme al problema de los márgenes de la naranja, la quintaesencia que las Redes Sociales han encontrado estos días para referirse al enfado de los agricultores por el paro que les afecta, el SMI (que, por lo visto, también les afecta) y otras causas.

Según unos, los pequeños empresarios agrícolas producen a pérdidas por los bajos precios de sus productos de los grandes minoristas (poético contrasentido) que se comen sus márgenes y algo más.

Según otros, no es lo mismo una naranja a pie de naranjo que una en la estantería del súper. ¡Por supuesto que no, es muchísimo mejor la primera! Pero esta destrucción de su valor acarrea un mayor coste para los consumidores (otro contrasentido, menos poético). ¿Se entiende? No, ¿verdad? Volveremos sobre esto en unos días.

Del Imperio al Paraíso (fiscal)

From Empire to (tax) Heaven. El premier Boris Johnson acaba de anunciar que creará diez puertos francos en el Reino Unido.

Así, este país, campeón de eso de que «la mejor política industrial es la que no existe», se reconvierte en un gigantesco paraíso fiscal. Estaba claro que esta sería su deriva natural una vez «corregido» el despiste comunitario, aunque no es una buena noticia.

Desde que el RU perdió sus colonias, hace ya ochenta años, esta nación ha estado buscando su destino. La Crisis del Petróleo les azotó de cara tres lustros después, aunque el petróleo y el gas del mar del Norte se la protegieron por un tiempo. Paradoja escocesa, por cierto.

Ya veremos a qué conduce esta política. No me gusta este destino, pero adoro a este país y a sus gentes y les deseo fare well, fellow UK citizens and dear friends, Europeans malgré eux mêmes.

Competencia sobre railes

El AVE Low-Cost (AVLO) es una medida preventiva de RENFE frente a la liberalización del ferrocarril europeo.

Se prevé que a partir de diciembre de 2020 ya haya varias compañías europeas compitiendo en las mismas vías (de ADIF), entre ellas la española RENFE, el operador español.

Desconocemos qué cobrara ADIF a todos los operadores por el uso de la vía y si estos cánones de uso permitirán al gestor de las infraestructuras su plena amortización, además de la cobertura de sus costes de explotación y márgenes asociados.

Pero de mantenerse las tarifas que ha anunciado RENFE, que asumirán en mayor o menor medida el resto de los operadores extranjeros, es cuestionable que ADIF pueda amortizar plenamente las inversiones realizadas.

Necesitaremos transparencia para saberlo. Las costosas infraestructuras del AVE se financiaron con dinero publico y, en buena medida, europeo, y ya se sabe que el dinero público “es de todos”. Vale.

Enredados en la Red… Eléctrica Española

Lo de la “mujer del César” no es lo que se cree. Para los romanos, dicha expresión significaba que una simple sospecha, por más que infundada, acaba estropeando la reputación de una persona.

Así que no bastaba con no ser eso que no se debe ser, sino que la virtud debía ser tan exquisita que nadie pudiese albergar la más mínima sospecha. Lo de “la mano en el fuego por..”, vaya.

Y hete aquí que, de sopetón, se nos presenta un caso en el que el poder político interfiere a coces en el gobierno de una empresa cotizada.

Y si ha trascendido, y cómo, lo de la dimisión de su CEO, aduciendo interferencias políticas, pues el pueblo de Roma no se va a quedar tranquilo y va a pensar lo que no debiera.

Ya hay víctimas… y vencedores. Pero antes de los próximos circenses, esto, lamentablemente, se habrá olvidado.

El pez, la caña y… el manual de instrucciones

Si hay un principio liberal digno de tal nombre, aparte del de la igualdad ante la ley, es el de la igualdad de oportunidades.

Para llegar a realizarlo hay tantas recetas como idearios, en el mal supuesto de que todos los idearios buscasen con ahínco dicha igualdad.

No es fácil y puede intentarse por distintas vías, entre ellas la redistribución que, se sobreentiende, debe ser la de la renta. Pero hay varias posibles vías redistributivas para lograrlo.

La cadena que forman “talento-conocimiento-renta-riqueza” es muy interesante y suscita el apetito de muchos bienhechores de la humanidad, entre ellos muchos gobernantes.

Recuerden el dicho de los peces y las cañas de pescar: dale un pez si quieres que coma un día, enséñale a pescar si quieres que coma todos los días. Hasta ahora la mayor parte de las democracias se han centrado en la redistribución de la renta, pero no está funcionando. (Leer más)

Los coronavirus vuelven a la carga

Es inimaginable el daño que puede causar una epidemia si se descontrola el brote del “coronavirus de Wuhan”.

Ya van más de 100 muertes y 4.500 casos confirmados (28 de enero). Las autoridades chinas parecen haber reaccionado con rapidez y energía y han tardado poco en declarar la situación.

Los investigadores de la OMS están ya secuenciando genomas de coronavirus y en busca de remedios que no sean las cuarentenas y la restricción de movimientos.

Cuando la OMS tuvo conocimiento del SARS, en febrero de 2003, tres meses después del primer caso, ya se habían producido cinco muertes y 305 casos confirmados.

Un mes más tarde, la OMS declaraba el SARS una “amenaza sanitaria global”.

En abril, sus investigadores ya sabían qué causaba la infección. A su finalización, en septiembre de 2003, se habían dado 774 muertes y 8.098 casos confirmados. La acción temprana y decidida compensa.

Cesantes y «porsupuestos»

Como 2020 es año Galdós, a la espera de noticias sobre los Presupuestos Generales del Estado de este año, homenajeo a este gran escritor español eligiendo una palabra utilizada por el “cesante” protagonista de Miaú.

Los cesantes eran funcionarios variante “fijo discontinuo”, solo que en vez de depender de la estacionalidad dependían del turno político. Vuelto el jefe, se restablecían su trabajo, emolumentos y derechos. Se iba el jefe y todos a la calle.

La cesantía era tan sólida que una vez amarrada ya se podían casar los jóvenes “fanales de la administración” que poblaban (en cesantía y no) los cafés políticos y literarios (entonces eran la misma cosa, hoy no sé si queda alguno) de las capitales de provincias y no digamos los de la Villa y Corte. Los “porsupuestos” eran los Presupuestos del Estado, y en ellos cabían todos los favores imaginables. A ver como pintan los de este año Galdós.

Las pensiones, del frigo al horno

Las pensiones están otra vez en el centro del debate de la sostenibilidad, aparentemente resuelta la cuestión de la suficiencia, al menos para lo que queda de año.

Como se decía hace unos días aquí, las pensiones estaban en el frigorífico (no en el congelador).

Tras la revalorización acordada por el Consejo de Ministros del 14 de enero, ya se puede decir que han abandonado ese electrodoméstico de gama blanca para entrar en otro, también muy utilizado en casa, de gama marrón: el horno.

Las 65 centésimas, que, respecto a si se hubiesen revalorizado al 0,25%, representan un gasto en 2020 de 880 millones de euros. Pero si este gasto extra se consolida en los próximos 20 años y cada año se sigue revalorizando con ese 0,65%, habremos sumado (a tipos “0”, ¿no?) unos 89 millardos de euros (1 Millardo = 1.000 millones). ¿No creen que esto es un horno… al rojo vivo?

El Ministerio de Consumo al ataque

“Googleo” a hora temprana del 21 de enero las palabras “ministro Garzón consumo” y me encuentro con que las primeras referencias son a las declaraciones del nuevo ministro de este importante ramo acerca de la fiscalía.

También, aunque no tan destacadas, aparecen referencias a las intenciones del nuevo ministro para regular la publicidad y la actividad de las casas de apuestas y para un posible impuesto a la comida basura.

Ambas propuestas deben ser bienvenidas y aplaudidas, a la espera de su desarrollo, claro. Las referencias literales a sus declaraciones pintan bien: se trata de actividades con poderosos efectos externos negativos y hay un cierto “caos” competencial y regulatorio.

Si, ahora, cabe alguna recomendación es esta: prudencia y consenso. Este tipo de regulación no es fácil, mucho menos obvia.

Hay bastante que aprender de los errores del pasado, cuando una regulación o una fiscalidad mal orientadas provocan resultados no deseados.

Se ha desatado la competencia ¡A por el WMC!

Con estas palabras de la alcaldesa de Madrid se ha desatado la competencia, que promete ser dura, por adjudicarse la sede del Mobile World Congress.

Despojen de todo elemento accesorio la polémica casera (de descansillo de escalera, quiero decir) que se ha montado en los medios y redes sociales (con lo que se quedarán sin argumentos) y piensen por un momento lo hermoso que sería ver a dos grandes ciudades europeas, como son Barcelona y Madrid, competir noble y abiertamente por un evento que es cada vez más representativo de los nuevos tiempos, en la frontera de la tecnología y profundamente disruptivo de los estilos de vida..

¿No creen que nos merecemos algo de esto? Es decir, que, con argumentos, técnicos, de valor añadido, en buena lid, siguiendo un proceso de “destrucción creativa” probablemente ineludible, acabemos consolidando en España un evento S. XXI de primer orden mundial. ¡A por él!

El centro… de la diana

Cada día que pasa es más perentorio que el centro político y el liberalismo se restablezcan en España. Hay razones para pensar que el recambio en Ciudadanos, por deseable que sea para muchos, no va a funcionar. Entre ellas porque el inmenso capital político con el que Inés Arrimadas emergió de las últimas elecciones catalanas se quemó por etapas y hoy se encuentra muy disminuido. Alrededor de Manuel Valls, sin embargo, y en algún caso con su impulso, están dándose movimientos esperanzadores. Es el caso de “La España que Reúne” (Francesç de Carreras y Nicolás Redondo, entre sus promotores), de la que se sabe poco, lo cual no es buena noticia. El propio Valls está preparando Barcelona Pel Cambi para una presencia en el conjunto de España después de haber anunciado que se postulará su candidatura a la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. Poco más, la diana sigue vacía.

La competencia se gobierna

La defensa de la competencia es la defensa de los consumidores. Ambas facilitan que el mercado asigne eficientemente los recursos de manera que los márgenes de las empresas se reduzcan al mínimo que permita remunerar a sus propietarios y mantener su dinamismo innovador, y el bienestar de los consumidores aumente por la vía de más calidad, más cantidad y menor precio. El mercado tiene fallos en esta asignación y contra ello existen soluciones implementadas por los gobiernos bien testadas en la historia económica reciente. Los gobiernos también tienen fallos, e igualmente existen soluciones bien probadas. Todo esto, sin embargo, requiere gobernanza de última generación cuando la sociedad avanza impulsada por cambios profundos en el ciclo de vida de los individuos y la disrupción tecnológica. Gobernar para los consumidores es gobernar para los trabajadores, que también son accionistas de los millones de empresas que existen en España, no se olvide. (leer más)

Las pensiones pasan frío

El Consejo de Ministros del pasado 27 de diciembre había levantado una enorme expectativa acerca de la revalorización de las pensiones para 2020, en un 0,9%, se afirmaba, para compensar un avance casi de la misma magnitud previsto para el IPC a lo largo de 2019. No pudo ser. Por muy buenas razones, entre otras que el gobierno está en funciones. Pues, a pesar de las múltiples declaraciones de este acerca de que no se trata de una “congelación”, como en otras ocasiones se ha hecho expresamente, sino de que la revalorización se hará en el momento en que haya un nuevo gobierno constituido, la oposición en bloque ha anunciado actuaciones más propias de una decisión de congelación. Se puede estar de acuerdo o no con que las pensiones se revaloricen o se congelen, pero el gobierno en funciones no ha decidido esto último… aunque tampoco ha decidido lo contrario.

¿Deben acabarse los peajes?

Los precios intervenidos son anti-precios. Es decir, no los dicta la ley de la oferta y la demanda, sino la ley regulatoria que solo de manera muy imperfecta tiene en cuenta a las fuerzas del mercado. Cuando se otorga a un concesionario el derecho a explotar una infraestructura cargando un precio a los usuarios de esta, dicho precio se calcula ex ante, con una idea bastante difusa de cual va a ser su uso efectivo, aunque tratando de que la inversión acometida por aquel se recupere con un interés cuasi garantizado. Las concesiones de autopistas, en particular suelen otorgarse por varias décadas y a su final revierten a la administración que las pone gratuitamente a disposición de todos. Este es el problema. Que, en ausencia de ingresos vía peajes (que podrían mantenerse como una fracción de los concesionales), el mantenimiento y mejoras podrían acabar siendo muy onerosos para la administración.

¿Quién va a pagar el AVLO?

El 6 de abril de 2020, RENFE desplegará el “AVE Low Cost”, o AVLO, aunque apuesten a que le pondrán apelativos más ingeniosos. Por lo que la compañía ha dado a conocer, este servicio se iniciará en la relación Madrid-Barcelona y costará entre 10 y 60 euros, el Nirvana para los muchos usuarios y no usuarios que opinan que el AVE español es demasiado caro. Para que la explotación no sea una ruina total, RENFE avisa de que la experiencia a bordo no tendrá nada que envidiar a la de Ryanair. Con esta rebaja respecto a un trayecto actual, viajar en el AVLO costará menos que hacerlo en autobús. Un “contranatura”. Porque no me negarán que cuesta más mover un coche del AVE que un autobús. ¿Saben quien pagará estos viajes? Los que no viajan en AVE. Ya, ¿y si viajamos todos? Entonces serán nuestros hijos quienes paguen la deuda.

¡El liberalismo en España ha muerto, viva el liberalismo!

El descalabro electoral de Ciudadanos el pasado 10-N podrá llevar a muchos a creer que el liberalismo español ha muerto. En mi opinión, lo que ha sucedido es que quien ha muerto, o está al borde de hacerlo, es el partido que dijo encarnarlo y que tan estrepitosamente se ha quedado en la cuneta en el momento de la verdad. En realidad, quien mató al liberalismo español fue… el propio Ciudadanos. Tiempo atrás, cuando decidió subordinarlo todo a un objetivo incompatible con el ideario liberal: gobernar. (leer más)

Queridos lectores…

…si es que todavía estáis ahí,

Desde el pasado septiembre de 2018 no había vuelto a escribir un post en este blog (y me los prometía cada 15 días) … os pido perdón por este imperdonable retraso. Soy consciente de que desaparecer del espacio virtual durante tanto tiempo conlleva un riesgo severo, y lo asumo. (leer más)

A fuer de liberal…

Dentro de los por ahora ineludibles marcos ideológicos que encauzan (o constriñen) a cualquier gobierno, la acción política debe servir a la sociedad y a cada uno de sus integrantes, o a la mayoría. El gobierno que salga de 10-N debe dar a sus políticas un matiz liberal que, partiendo del respeto a la libertad, la igualdad (ante la ley y de oportunidades) y la democracia participativa, potencie la capacidad de los individuos para crear riqueza y establezca marcos sostenibles y justos de redistribución de los frutos económicos. Debe renunciar a una fiscalidad confiscatoria y distorsionante, restableciendo la exhaustividad de las bases imponibles y la progresividad de las cargas fiscales, así como orientando la asignación de los recursos resultantes de forma que se logre efectivamente la genuina igualdad de oportunidades por encima de la mera redistribución. Decía Indalecio Prieto que él era socialista porque era liberal. Pues que se vea.

José Antonio Herce