A finales de enero, Citron Capital y Melvin Capital perdieron miles de millones de dólares gracias a una apuesta fallida sobre el precio de las acciones de GameStop. El apostador toma acciones prestadas que vende inmediatamente, espera unos días o semanas, las compra y devuelve al propietario original. Si el precio ha bajado, el apostador obtiene un beneficio; si ha subido, pierde la camisa.

Resulta que el precio subió de 34,40 dólares el día 13 a un máximo de 380 el 27 de enero como consecuencia de inusitado fervor popular por una acción sin futuro claro. ¿La venganza de las masas contra Wall Street? Quizás. Pero también sorpresas que se producen cuando la tecnología avanza y los costes de transacción disminuyen, facilitando el acceso de inversores modestos.

Todavía mejor, para inversores modestos, las comisiones en fondos de inversión llevan décadas bajando. Pero aún tienen que bajar más, especialmente en España. Leer más aquí.

José Antonio Herce